domingo, diciembre 16, 2007

Mito


Mucho tiempo después, Edipo, viejo y ciego, recorrió los
caminos. Sintió un olor familiar. Era
la Esfinge. Edipo dijo, “Quiero hacer una pregunta.
¿Por qué no reconocí a mi madre?” “Diste la
respuesta equivocada”, dijo la Esfinge. “Era la
única respuesta acertada”, respondió Edipo. “No”,
dijo ella,
“Cuando pregunté, qué camina en cuatro patas a la
mañana,
dos al mediodía y tres al ocaso, contestaste
el Hombre. No dijiste nada sobre la mujer.”
“Cuando dices Hombre”, replicó Edipo, “incluyes a las
mujeres también. Todos lo saben.” Ella dijo, “Eso es
lo que tú crees”.

Muriel Rukeyser
Traducción de Diana Bellesi en
Contéstame, baila mi danza (Ultimo Reino, 1984)

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