miércoles, junio 06, 2007

Lesbianas por el derecho a decidir sobre el propio cuerpo


Ayer martes 5, a las 19 horas en instalaciones de SEJUN (Rioja 486) deNeuquén capital, la Comisión de Apoyo a Susana Colimán (de la que formamos parte como Fugitivas) exhibió el documental "La cárcel late" de Ana Maldonado y, a su término, se dio un interesante debate sobre los acontecimientos que han convertido a Susana Colimán en un paradigma viviente de la suma de discriminaciones que oprimen a muchasmujeres: mujer, joven, mapuche y pobre.
Susana Colimán es una joven mapuche de la comunidad Aucapan (Junín de losAndes). En el 2004, con 22 años queda embarazada. Un embarazo no deseado quela llevó a la desesperación, como antes le sucediera a Romina Tejerina, lajoven jujeña que aún permanece detenida. El 16 de setiembre de 2004 seproduce el parto en soledad y desamparo y producto de un brote psicótico damuerte al recién nacido.
El 2 de noviembre de 2005 se realizó en la Cámara de Apelaciones de Zapalael juicio oral en su contra, acusada de "homicidio culposo agravado por elvínculo". En el juicio, una de las pocas expresiones de Susana fue que "noquería tenerlo". Los miembros del tribunal eran: Enrique Modina(presidente), Oscar Rodeiro y Víctor Hugo Martínez (vocales). El fiscalHéctor Trova había pedido cadena perpetua. Una de sus expresiones fueron:"Solicito cadena perpetua, más en este caso que se transgrede la santidadde la maternidad, que hasta en el reino animal defienden a la cría". Eldefensor oficial, Miguel Manso, solicitó 8 años. Finalmente, fue condenada a8 años y medio de prisión. Su tragedia fue negada por los jueces y latransformaron en un crimen. Susana participó de un juicio cargado dedesprecio, incomprensión y condena anticipada. Actualmente, está encarceladaen la Unidad 16 de Neuquén capital y el Tribunal Superior de Justicia, elpasado viernes 1º ha anulado esta sentencia e indicado la realización de unnuevo juicio.
La experiencia de Susana, como la de Romina en su momento, revela unaviolencia sistemática sobre los sectores más vulnerables de la sociedad. Susana no pudo decidir pactar sus relaciones sexuales, ni cómo cuidarse, niconsultar y obtener la provisión de anticonceptivos, o si fue una relaciónforzada o ante un coito sinprotección, recurrir a una guardia y obtener anticoncepción de emergencia,antirretrovirales para el sida y prevención para enfermedades de transmisión sexual, ni el apoyo psicológico para superar una situación traumática yviolenta, ni asesoramiento para hacer la denuncia. Cuando en su trágica soledad y desamparo parió y no pudo significar "un hijo", tal como manda la cultura machista y patriarcal, es juzgada rápidamente por la mayoría de la sociedad. Su embarazo, así como el de muchísimas mujeres, fue el resultadode un sinnúmero de derechos negados y violados, que hacen de esa situación un "embarazo forzado".

Esta es la expresión más clara de que el mandato de ser madre, a cualquier precio, se antepone a todos los derechos de las mujeres.

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