jueves, octubre 11, 2007

¡Feliz día, mamá(s)!


Maternidades lésbicas




“La maternidad lesbiana es humillada o, en el mejor de los casos, ignorada”


“Las miradas de quienes oprimen desde un lugar de privilegio de una supuesta mayoría aparente vuelve “vulnerable” a lo que aparece como una minoría en su invisibilización, legitimando la contradicción o paradoja a la que deben enfrentarse las lesbianas que se animan a atravesar la línea de la prohibición , por lo tanto, se exponen a la culpa o al castigo: castigadas por querer ser madres y culpadas de egoístas o, castigadas porque como ser mujer es sinónimo de maternidad entonces cómo resignar o negar ese don y, además a modo de plus, atreverse a desterrar en el caso de las lesbianas, al hombre como portador de la “ley” en la familia, esto gracias a la gentil colaboración de algunas de las ideologías que introducen algunas de las teorías sobre las que se trabaja en salud mental. No se trata de la “familia tipo” sino de una familia “sin tipo”.”

Laura Eiven - Coordinadora de “Desalambrando- Buenos Aires



El ideal materno persiste fuertemente en la cultura como el deber ser de las mujeres., mandato adjudicado por el discurso patriarcal y capitalista. Desde esta perspectiva, la maternidad se vincula al matrimonio, la heterosexualidad y al parentesco. Como el sexo lésbico es no procreativo, la maternidad lésbica suele ser un tema desconcertante. Según Sara Amelia Espinosa Islas, maestra en Estudios de la Mujer por la UAM-X e investigadora sobre Maternidades lésbicas y familias de elección, del tema, hay tres formas de ejercer la maternidad desde la identidad lésbica:1)”aquellas mujeres que han concebido a sus hijas e hijos dentro de relaciones heterosexuales (que es la situación de la mayoría de las lesbianas con hijos/as en el país), casi todas en matrimonios. Estas mujeres primero fueron madres y luego se asumieron como lesbianas. La mayoría de éstas atraviesan una serie de conflictos y angustias al descubrirse o asumirse como lesbianas después de llevar una vida considerada como “normal”. Algunas más han atravesado o atraviesan sanciones, tensiones y desgastes producto de los juicios legales por la custodia o la patria potestad de hijas/os, ya que la incompetencia y lesbofobia de jueces, abogados y las propias leyes, llegan a significar serias desventajas para ellas, por lo que muchas prefieren permanecer “en el clóset”. Generalmente suelen pasar desapercibidas como lesbianas dado que existe la referencia previa de un hombre en su vida y la de sus hijos que invisibiliza por completo su identidad lésbica hasta que ellas deciden revelarla”.2) “las lesbianas, madres por opción, generalmente son mujeres sin hijos, que decidieron relacionarse con una pareja que si los tiene. Por decisión propia se asumen como madres y comparten algunos aspectos (pero no en su totalidad) de la crianza y convivencia con las hijas/os, con quienes llegan a fortalecer lazos afectivos y de amistad”.3)”las lesbianas madres, son las que primero se identificaron lesbianas y posteriormente eligieron ejercer su derecho a la maternidad. Esto, en lo cotidiano, se convierte en una acción política que cuestiona y desestructrura a las instituciones sociales. La maternidad para estas mujeres puede realizarse de distintas maneras: la reproducción asistida (inseminación artificial); la inseminación directa, que consiste en relacionarse con un hombre con la única finalidad de embarazarse; es decir, el sexo procreativo, reducido a la introducción del espermatozoide al óvulo y, por último, la adopción. Generalmente la decisión es tomada en pareja, aunque claro, también existen aquellas lesbianas solteras que optan por la maternidad”.En general, en el caso de las madres por opción y las lesbianas madres no biológicas el “rol de madre” se construye y se pacta de forma permanente en lo cotidiano. Sin embargo, su maternidad carece de reconocimiento y respaldo legal al igual que social. Las madres lesbianas y las lesbianas madres carecen de todo derecho en una sociedad heterosexista que privilegia las relaciones “tradicionales” por encima de los derechos humanos. No hay mucha claridad hacia dónde se dirige políticamente la maternidad lésbica, porque muchas veces suele tener más repercusión mediática el hecho de la maternidad lésbica que las lesbianas en sí mismas, como forma de seguir sosteniendo el ideal materno. Pero es necesario reconocer la maternidad de estas mujeres como una elección y cuestión política, y de alguna manera, el modelo heterosexista que ellas rechazan se va resquebrajando. Por eso, sería importante hablar de “maternidades”, un término que da cuenta las múltiples formas que adquiere en la cotidianeidad, con modos de ejercicio del ser madres diferentes, que construyen relaciones con hijas/os de maneras distintas, y que son mujeres con sus propias subjetividades.”Las teóricas feministas se han encargado, desde Simone de Beauvoir hasta Julia Kristeva, pasando por Adrienne Rich, de de-construir los significados que el patriarcado le dio a la maternidad, pero eso no es suficiente para producir cambios en la subjetividad de cada mujer. Ese cambio se produce desde distintos frentes: a través del pensamiento feminista que una mujer pueda haber internalizado hasta hacerlo propio, pero fundamentalmente gracias a un trabajo consigo misma. Esto implica, entre otras cosas, una radical revisión del vínculo interno con la propia madre y, si los tuviera, una revisión de la relación con sus propios hijos. Bien sea con los que tiene o con los que desea o necesita tener o con aquellos, virtuales, que decida no tener”, nos dice Isabel Monzón, otra estudiosa de estos temas. Por supuesto que para lograr que las maternidades lésbicas rompan el modelo monolítico del ser madre (heterosexual), se requiere de un profundo trabajo de desarraigo de viejos dogmas y mandatos identificatorios totalizadores, ya que las lesbianas no escapan al tema del “mítico instinto materno”. En articulación con este trabajo subjetivo, necesitamos de un movimiento colectivo que empodere a las mujeres, en especial, a las lesbianas.La diferencia con las mujeres heterosexuales es que cuando las lesbianas quieren tener hijos, su deseo escandaliza. Laura Eiven expresa al respecto: “Como dice Juan Carlos Volnovich en el libro “Adopción, la caída del prejuicio”, la medicina o la ciencia siempre vienen acompañadas de métodos para reparar o rehabilitar lo que consideran “las fallas” e introduce que sería poco pertinente pensar, a modo de ejemplo, que el problema del racismo se resuelva con la dermatología. Pues lo que nosotras queremos señalar es que la falla no es el lesbianismo sino el modelo injusto en que se sostiene este sistema de creencias. Pues bien, el “tema” de la maternidad lésbica se vuelve “problema” no en sí misma, sino por la “falla” de la intolerancia de ciertos sectores que vuelven ilícito o ilegítimo algo legítimo. Y esta especie de confusión articulada o armada, se resuelve desarticulando a través del cuestionamiento, transformando aquello que oprime y está tan naturalizado o acostumbrado que parece único, cierto e inamovible”.
Retomando una de sus preguntas que expuso en la mesa de maternidades lésbicas de un hospital de Bs As, “¿qué grado de “peligrosidad” conlleva concretar el deseo que aparece como prohibido, a punto tal de ser tan negadas, rechazadas y hostigadas las lesbianas?”, extraemos la respuesta de la misma exposición: “Creo que la verdadera “amenaza al sistema” que representamos las lesbianas no consiste solo en la posible “reproducción de lesbianas” sino en algo peor, la legitimación de un deseo donde lo que se reproduce, “no es para otrxs sino para mí” y eso, en un sistema capitalista de apropiación, merece, al menos un castigo”.

2 comentarios:

la gabi dijo...

Hola Chicas. Parte de la información de este artículo está "levantada" de otros blogs. El dibujo, incluso, es una ilustración hecha por un chico de 5 años y publicado por sus madres. Estaría bueno que citen las fuentes que utilizan, en particular cuando se trata de blogs que apuntan a difundir información sobre maternidades lésbicas. De esta forma contribuimos a ampliar en vez acotar, repetir y copiar la información que existe. Saludos.

lesbianas fugitivas dijo...

querida gabi, las fuentes del artículo corresponden sobre todo, como bien decís, a dos textos: uno de Sara Amelia Espinosa Islas (Fuente: La Jornada; Suplemento: La Triple Jornada, agosto de 2005) y el otro a Elixabete Imaz de la
Universidad del País Vasco. La imagen nos la pasó una amiga y desconocíamos su procedencia, gracias por la aclaración. cariños.