miércoles, marzo 28, 2007

DICTADURA Y SEXUALIDAD: MEMORIA (S) DE PERSECUCIONES IGNORADAS


“El Machismo es el Fascismo de Entrecasa”

Consigna del grupo Eros (1975)

El 24 de marzo se conmemora un nuevo repudio al golpe militar de 1976. Recordar ese día como el inicio de uno de los períodos más nefastos de la historia de nuestro país, con un saldo que aún hoy estamos pagando: 30.000 personas desaparecidas, una gran deuda externa, el aumento de la pobreza y el miedo instalado en lo más íntimo de nuestros cuerpos. Recordar que sigue vigente el aparato represivo en las instituciones del Estado y que los genocidas están sueltos. Recordar que Julio López, víctima del terrorismo de Estado y testigo en el juicio a un genocida, está desaparecido, engrosando la lista de mujeres y niños/as desaparecidas/os por la inacción y complicidad del Estado frente al tráfico de personas, las que son secuestradas, torturadas y forzadas por las redes de prostitución. Hay una continuidad de las prácticas del terrorismo de Estado, naturalizadas en democracia, que hacen sujetos punibles a otras identidades, a las que se acecha, hostiga y criminaliza cotidianamente; estos actos no tienen la misma respuesta contundente que han tenido otros hechos de violación a los derechos humanos.Nosotras queremos instalar en la memoria, en las narrativas del acontecimiento del dolor y de la resistencia, la sexualidad y el activismo político que suscitaba en aquellos tiempos. Porque la imposición por la dictadura militar de una política sexual conservadora y moralizante tuvo efectos de disciplinamiento en la gestión de la vida de la población.En 1971, en medio de un clima de politización, de contestación, de crítica social generalizada, se había formado el FLH (Frente de Liberación Homosexual), como primer intento de articulación de los gays. Un año después se unen al Frente, el Grupo Eros (estudiantes anarquistas y de izquierda) y el grupo Safo (formado por lesbianas). El FLH partía de reivindicaciones democráticas específicas: el inmediato cese de la represión policial antihomosexual, la derogación de los edictos antihomosexuales y la libertad de los homosexuales presos, y caracterizaba al modo de opresión sexual heterosexual compulsivo y exclusivo vigente como propio del capitalismo y de todo otro sistema autoritario. En 1973, con Cámpora en la presidencia, el F.L.H. pide en el acto realizado en la Plaza de Mayo para celebrar la asunción, la derogación de los Edictos Policiales anticonstitucionales vigentes desde los años ‘30. También comienza a editar la revista Somos, en la que el grupo Safo siempre publica una página. En esa época, el ERP denunciaba con espanto que sus guerrilleros eran recluidos en las mismas celdas que los homosexuales.Eros se dio a organizar volanteadas y pintadas en lugares públicos, eligiéndose el 21 de septiembre -día de la primavera- como una fecha de movilización especial. En los panfletos solía esgrimirse una consigna, representativa de la ideología del movimiento: Amar y vivir libremente en un país liberado, además de algunas reivindicaciones antipolicíacas. Con estos métodos de agitación callejera, el FLH buscaba mantener viva su presencia. Otros eslóganes agitados fueron: Machismo = Fascismo; Por el Derecho a Disponer del Propio Cuerpo; Soltate, etc. En cuanto al feminismo, en l97l se constituye el Movimiento de Liberación Femenina (MLF), que instaló en la calle el debate sobre el aborto. Pasados tres años edita Persona, que será la primera revista feminista de la época. Luego, en 1975, se forma el Frente de Lucha por la Mujer, en el Año Internacional de la Mujer. El Frente abarcaba a todos los grupos feministas y algunos grupos socialistas. Estaba integrado por UFA (Unión Feminista Argentina), el MLF (Movimiento de Liberación Feminista), la Asociación de Mujeres Socialistas y el grupo ALMA. Muchas integrantes de estos grupos eran lesbianas, aunque no visibles ni reconocidas como tales, salvo entre ellas.En 1974, el Poder Ejecutivo, en nombre del Ministro de Bienestar Social, López Rega (responsable de dirigir el grupo paramilitar conocido como la triple AAA -Alianza Anticomunista Argentina-), saca el Decreto Presidencial Nº 659, por el cual se prohibía la difusión y venta de métodos anticonceptivos, así como el cierre de los Centros de Planificación Familiar en los hospitales públicos. Ante esto, el Frente de Liberación Homosexual junto con las feministas responde con una volanteada exigiendo el derecho al cuidado de la propia sexualidad. En las organizaciones armadas, que incitaban a la lucha desde la totalidad, propiciando los procesos de liberación nacional o socialista, poco lugar tiene el llamamiento a enunciar los valores de la singularidad. Los discursos contrahegemónicos de nuestro país se configuraban en torno a lo que se denominaba en su momento “contradicciones principales” de las sociedades dependientes. Aunque el FLH apostó a una alianza con la izquierda política, ésta fue siempre conflictiva. Ejemplos de este conflicto fue la consigna que los grupos de la guerrilla entonaron al ingreso de las columnas del F.L.H. a Plaza de Mayo en el año 1973, durante la asunción del gobierno de Cámpora: “No somos putos, no somos faloperos, somos soldados de FAR y Montoneros”. O la línea oficial del Partido Comunista Argentino que consideraba a la homosexualidad como una “aberración” contrarrevolucionaria, según palabras de Fidel Castro. Algunos partidos trotskistas, en cambio, aceptaron el ingreso del F.L.H. en un polo de partidos y agrupaciones: el Frente Socialista y Antiimperialista, pero esta alianza siempre fue endeble. Al igual que lo ocurrido con el feminismo, las narrativas de la singularidad no encontraban más que un espacio subalterno dentro de la retórica universalista clásica de la izquierda.En 1976, en momentos en que se preparaba una acción de repudio a las declaraciones del Papa Paulo VI contra la homosexualidad, un allanamiento policial asestó un severo revés al movimiento. Con la dictadura militar en puerta, se disuelve el FLH, que ya había pasado a la clandestinidad. La homosexualidad es considerada una forma de subversión. La Doctrina de la Seguridad Nacional ideada por la Junta Militar, fue un diagrama del exterminio, en cuyo árbol de la subversión incluía desde las raíces a FAR, ERP y Montoneros y en sus ramas superiores a homosexuales, feministas y judíos.La táctica y estrategia de la campaña moralizadora fueron expuestas por el jefe de la Policía Federal a estudiantes de Psicología Social, y exhibidas en las Jornadas de Patología Social de la Universidad de Buenos Aires, en 1977. Se consideraba a la homosexualidad como una enfermedad congénita, y el accionar policial se dirigía a espantar a los homosexuales de las calles a fin de que no perturbaran a la gente “decente”.Se vivían años en los que se profundizaron las Campañas de Moralidad, con arrestos de gays y travestis, allanamiento de hoteles alojamiento, razzias en cines porno, desarticulación de reuniones en esquinas, se encienden las luces en las boites, entre otras acciones represivas. En marzo de 1978, se desata la represión estrictamente gay, como parte de la "limpieza" previa al Mundial de Fútbol. Agentes uniformados pertenecientes al Departamento de Moralidad de la Policía Federal recorren la ciudad en busca de homosexuales. Se imparten cursos para la identificación gestual de las víctimas. La vida nocturna gay es completamente destruida. Quienes se resisten son salvajemente golpeados en público. Los justificativos son siempre los mismos: subversión o drogas. La práctica del chantaje al homosexual detenido se vuelve una práctica cotidiana.En febrero de 1981, la Prefectura irrumpió en un boliche gay que sobrevivía en el Delta, hubo 300 personas detenidas. A fines de enero de 1982, hay una ola de asesinatos de homosexuales que arroja un saldo de 18 muertes, los cuales nunca fueron resueltos. Al año siguiente, un autodenominado “Comando Cóndor” envió a todos los periódicos un comunicado en el que advertía su intención de acabar con los teatros de revistas y los homosexuales. El 11 de setiembre de 1983, la policía allanó La Casona de Ricardo, donde se realizaba una fiesta privada con la participación de personas homosexuales, se llevaron 250 detenidos/as.En nuestros días es común escuchar “milicos putos” como forma de agravio, pero lo que pretende ser una denuncia se convierte en una expresión de la homofobia latente en la sociedad. Los “putos”, al igual que las lesbianas pero en menor medida ya que estábamos mucho más silenciadas e invisibilizadas, fueron también perseguidos/as, secuestrados/as, desaparecidos/as y/o exiliados/as. El proyecto militar, que contaba el apoyo y anuencia de la Iglesia Católica, a través de su llamado a la Familia, tenía una clara perspectiva de lo que quería para las mujeres: el ejercicio “natural” de la maternidad y su confinamiento en el espacio doméstico. “En nada beneficiaba ser mujer, ni estar embarazada”, dice Susana Reyes, secuestrada a los cinco meses de su embarazo, en un testimonio recogido en el libro Historia de las Mujeres en Argentina. La violencia de género se exacerbó en los centros clandestinos de detención. La vida cotidiana de las detenidas en los chupaderos apuntó entre otras cosas, a la reeducación de mujeres evidentemente rebeldes, como lo eran las militantes, para devolverlas a su lugar natural, doméstico y servil. Desde la óptica militar, las mujeres guerrilleras ostentaban una enorme liberalidad sexual, eran malas amas de casa, malas madres, malas esposas y particularmente crueles. Este era el arquetipo de mujer que había que erradicar y convertir en el de madre y esposa convencional. La política sexual del llamado “proceso de reorganización social” implicó una rígida cuadrícula del orden sexual y de género; persiguió la vuelta a los valores morales y sexuales occidentales y cristianos –patriarcales-, que la militancia revolucionaria había hecho peligrar.Como disidentes sexuales y feministas nos interesa echar luz sobre aspectos oscurecidos o silenciados de esta llamada memoria colectiva, memoria que no es una, memoria que no es asexuada, memoria en la que la perspectiva de las mujeres, lesbianas, maricas y travestis ha estado ausente. Porque justicia también es poder decidir libremente sobre nuestros cuerpos y placeres.


Exigimos:


APARICIÓN CON VIDA DE JULIO LÓPEZ

JUICIO Y CASTIGO A LOS CULPABLES (MILITARES Y ECLESIÁSTICOS)

CÁRCEL A LOS GENOCIDAS RESTITUCIÓN DE LOS HIJOS/AS DE DESAPARECIDAS/OS

NI OLVIDO NI PERDÓN

URGENTE DESMANTELAMIENTO DEL APARATO REPRESIVO

BASTA DE TORTURAS DOMÉSTICAS Y TRATOS CRUELES A LAS MUJERES

BASTA DE PERSECUCIÓN, HOSTIGAMIENTO Y SILENCIAMIENTO DE LESBIANAS, GAYS, TRAVESTIS, TRANSEXUALES Y TRABAJADORAS/ES SEXUALES

Texto realizado con recopilación en fuentes LGTB diversas.

Valeria Flores, Fugitivas del Desierto, lesbianas feministas de Neuquén