jueves, abril 19, 2007

¡AQUÍ ESTAMOS, SOMOS LESBIANAS, ACOSTÚMBRENSE!


En 2005, lanzábamos esta proclama:
Hoy 8 de marzo, día de lucha para todas las mujeres, estamos aquí haciendo acto de presencia y visibilizándonos como lesbianas, compartiendo con otras organizaciones sociales, gremiales y feministas, dándole vida a este acto político y cultural en el centro, paradójicamente falocentrico, de nuestra ciudad como es el Monumento a San Martín.Este prócer, del que tan bien conocemos sus máximas para su hija Merceditas, consideraba el silencio como una virtud. Esta afirmación dirigida hacia una mujer es una invitación compulsiva al silenciamiento. En esta provincia, donde se ha instalado un estado totalitario, un régimen fascista encarnado en el gobernador Sobisch y su Manga de Chizitos patoteriles, el silenciamiento y la imposición de una política del terror y el miedo es una constante.Por eso repudiamos las amenazas recibidas por las defensoras de la Niñez y la compañera de un trabajador de Zanón y exigimos su urgente esclarecimiento.Pero en un clima de silenciamiento vivimos las lesbianas diariamente, impuesto por un régimen socio-sexual –el heteropatriarcado-, que establece una forma de sexualidad como la norma válida y obligatoria, especialmente para las mujeres, que es la heterosexualidad. Íntimamente ligada a esta heterosexualidad compulsiva u obligatoria, se encuentra el mandato de la maternidad para las mujeres. Por esto mismo exigimos ser dueñas de nuestros cuerpos, el derecho a decidir sobre ellos. Y en esta lucha por nuestra soberanía y autonomía corporal apoyamos y luchamos por la despenalización y legalización del aborto. Las lesbianas sufrimos diferentes formas de exclusión, violencia e invisibilización, en diferentes ámbitos, como en nuestros trabajos, en la calle, en la familia, en los medios de comunicación, en el ámbito de la salud, entre otros.Muchas y muchos consideran que la lucha de las lesbianas es una cuestión que le compete sólo a una minoría. Pues nosotras decimos que no así, pensarlo de esta manera es seguir manteniendo el privilegio heterosexual. La lucha de las lesbianas habilita a que las niñas y mujeres puedan pensar e imaginar otras vidas, otros deseos, otros placeres. Por eso, les devolvemos la vergüenza y hagan con ella su conciencia de la razón de su hegemonía y el germen de una lucha compartida.Frente al avance de los fundamentalismos religiosos y de derecha, que se expresan con diferentes grados de violencia, como las últimas declaraciones del obispo Baseotto, nos pronunciamos :• Contra la violencia sexual, social, política y económica.• Por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.• Por una sexualidad placentera y no normativa• Por trabajo digno para todas.• Por el esclarecimiento de los femicidios de la región
Contra la pasión domesticada de las luchas correctas, rebeldía y resistencia lésbica feminista, Fugitivas del desierto, lesbianas feministas, que no huímos de un delito cometido, sino del deseo autorizado