lunes, agosto 06, 2007

La esclavitud de las mujeres elevada a acto heroico


Carta de lectores, enviada a diario Rio Negro, el pasado 27 de julio



Por la presente queremos expresar nuestro repudio a los dos proyectos de ley impulsados por el interbloque de derecha, integrado por PRO- MPN-Fuerza Republicana, que buscan 1) limitar drásticamente los fundamentos para el aborto legal, dejando sólo el riesgo a la vida de la mujer; 2) que el Estado otorgue un subsidio de por vida a las mujeres violadas que acepten seguir con el embarazo.

Acerca de éste último, dicen sus autores/as, que es un "resarcimiento al sacrificio" de la madre, debiendo ésta “ser elevada a la categoría de heroína", por tomar "semejante actitud titánica".

Estos proyectos no hacen más que expresar el fundamentalismo religioso que los anima, llegando a desconocer la legislación vigente en materia de derechos humanos y de las mujeres, y siguen obstaculizando la efectivización de las garantías necesarias que permitan ejercer a las mujeres el derecho a decidir sobre sus cuerpos. Por otro lado, los proyectos se sostienen sobre la pretensión de mantener la heterosexualidad como “naturaleza”, en la que las mujeres cumplen un compulsivo rol reproductivo a cualquier costo –incluso la tortura como puede ser la violación-, lo cual se deja entrever en los dichos del diputado Acuña cuando declara: “aspiramos a que seamos un Greenpeace defendiendo a los cachorros del hombre”. Todo sacrificio es esclavitud, por lo que como ciudadanas y activistas lesbianas feministas no podemos dejar de participar de este debate, que pretende imponer un Estado regulado por convicciones religiosas, subsidiando la continuidad de un embarazo forzado, convirtiendo a las mujeres en esclavas de sus úteros y legitimando la violencia de género. Porque se descuenta, además, que nunca accederán a la anticoncepción de emergencia –a la cual también se oponen- en el centro de salud en el que será atendida.

Pensado para las mujeres más pobres, las volvería cautivas de la maquinaria de subsistencia desplegada por políticas clientelares, que el MPN tiene sobrada experiencia en ejecutar. Subsidios ya no a cambio de un voto, sino de embarazos por la fuerza.

No dejamos de consternarnos y lamentarnos ante la aspiración de Acuña, dado que un diputado, como representante político, debería preocuparse por construir una sociedad democrática sostenida por el estado de derecho y no bajo mandatos divinos.

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